lunes, 30 de noviembre de 2009

Los viejos son el futuro

La sonrisa que me brindó esta pareja tras tomar la fotografía, el mejor recuerdo que guardo de la visita al Jardín Botánico de Madrid este verano.

PD: NO es un montaje, la escena se me presentó así.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Fábula

Escenas como esta hacen que se me revuelva el estómago.

Las estiradas, prepotentes y malvadas margaritas de pétalos perfectos siguen negando el acceso a su jardín al pobre y solitario zurullito.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Afganistán, un futuro incierto

El 26 de enero del 2004, mientras el entonces presidente transitorio Hamid Karzai ratificaba la nueva Constitución Afgana, la violencia y la pobreza hacían prever que la reconstrucción del país no iba a resultar tan fácil. Casi seis años después y con la misma persona al frente del gobierno, el fracaso en las elecciones presidenciales de Afganistán se constituye en fiel reflejo de la complicada situación que atraviesa.

Las irregularidades en el proceso electoral del pasado 20 de agosto, destapadas por la Comisión de Quejas Electorales nombrada por la ONU, hicieron necesaria una segunda vuelta que se fijó para el 7 de noviembre. Cinco días antes de la fecha, el ex ministro de exteriores Abdullah Abdullah, único rival en las urnas de Karzai, justificaba la retirada de su candidatura al denunciar que la maquinaria de fraude seguía intacta y tachaba de “ilegal” la decisión de la Comisión Electoral de proclamar presidente a Hamid Karzai.

Su primer discurso como máximo mandatario reelecto giró en torno a un mensaje de unidad y la promesa de “limpiar el Gobierno de corruptos”. Según el Índice de Transparencia Internacional, que mide los niveles de percepción de corrupción en el sector público a nivel mundial, Afganistán ocupó el pasado año el cuarto puesto entre los 180 países más corruptos del mundo.

Estados Unidos contemplaba con buenos ojos la posibilidad de que Abdullah colaborara integrándose en el gobierno; su apoyo al líder afgano desde los inicios de la guerra en 2001 y la confianza depositada en él se habían desinflado poco a poco por la corrupción. El ex candidato declaró al respecto que integrarse en el ejecutivo "no es una opción".

La profunda crisis política que atraviesa el país, alentada por el escándalo electoral protagonizado por su presidente, es aprovechada por la insurgencia talibana para calificar a Karzai de “títere” occidental. “Hace dos semanas se decía que el presidente marioneta Karzai estaba implicado en un fraude, y ahora que ha sido elegido basándose en esos mismos votos fraudulentos, es felicitado por Washington y Londres" concluye un reciente comunicado talibán.

El Ministerio de Interior afgano calcula una fuerza de alrededor de 40.000 talibanes –adjetivo que engloba los cuatro principales grupos de insurgencia financiados con el comercio de opio- frente a más de 100.000 soldados liderados por EEUU y la OTAN, entre ellos 68.500 norteamericanos, 9.500 británicos y 2.830 canadienses. Las tropas extranjeras instaladas en el país afgano, superiores en el papel, se encuentran en serias dificultades desde 2007.

Un reciente informe presentado por el general norteamericano Stanley McChrystal, al mando de las tropas norteamericanas y de la OTAN en el país centroasiático, señala que los grupos de resistencia a las tropas de ocupación controlan alrededor del 80% del territorio –de una forma abrumadora en las regiones del sur y este- y han perfeccionado sus ataques contra las fuerzas extranjeras. El general concluye que es necesario que el presidente Obama autorice el refuerzo militar en la zona enviando al menos 40.000 soldados más. Con el eterno lastre de la guerra de Vietnam sobre sus hombros, el presidente de la primera potencia mundial se encuentra ante una difícil decisión: continuar engordando el grueso militar en la zona o buscar otras soluciones.

Desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2001, la inversión internacional en Afganistán ronda los 43.300 millones de euros de los cuales, según afirma el periodista Ramón Lobo “sólo el 14% ha tenido un impacto real en la vida de las personas”. La fuerte inversión militar ha prevalecido de forma apabullante hasta la fecha sobre la realizada en pro de las necesidades del pueblo afgano.

Los patrones del conflicto de Irak se repiten: una comunidad internacional que ocupa un país devastado y ejecuta una estrategia basada en la imposición de su idea de libertad y democracia. Las prioridades deberían pasar inexorablemente por escuchar de primera mano lo que reclama el pueblo afgano y facilitar el asentamiento de un gobierno decente. Las elecciones parlamentarias de 2010 son la próxima oportunidad que tiene Afganistán para empezar a enderezar su rumbo.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Self-service en aguas somalíes

La inmensa mayoría de las propuestas que pretenden buscar una solución a la situación de Somalia coinciden en que sólo se podrá comenzar a trabajar en ello cuando se logre instaurar un Gobierno organizado, estable y eficaz. Desde el fin de la guerra civil en 1991, el país del cuerno de África es un Estado sumido en el caos, la violencia, el descontrol y la corrupción. Si a esto le sumamos una de las peores crisis humanitarias de las últimas dos décadas, el resultado es una auténtica bomba de relojería. En un reportaje publicado en “El País”, el periodista Ramón Lobo concluye: “Somalia ni siquiera es un Estado fallido, es un Estado inexistente”.

Mientras los medios de comunicación de los países occidentales centran sus portadas sobre el tema en los secuestros que llevan a cabo los denominados “piratas” somalíes y en la demanda de mayor protección para estos barcos pesqueros provenientes de España, Italia, Grecia, Francia, Reino Unido y Rusia entre otros, las verdaderas causas que han propiciado que el país alcance esta situación a menudo pasan desapercibidas.

La revista Foreign Policy junto con la organización Fondo por la Paz llevan cinco años elaborando un Índice de Estados Fallidos basándose en indicadores como fragmentación social, crecimiento económico desigual, falta de legitimidad del Estado o ineficacia en la provisión de servicios públicos. El dudoso honor de encabezar dicho ranking corresponde a Somalia. Más de un millón de refugiados cruzan el Golfo de Adén huyendo de la violencia y el hambre para llegar a Yemen. En la ciudad de Bossaso, al norte de Somalia, miles de personas más aguardan la oportunidad de intentar cruzar el Golfo a bordo de inestables botes regidos por mafias sin escrúpulos que no dudan en obligar a saltar a sus tripulantes al acercarse a la costa. La mayor parte de ellos no sabe nadar, y muchos mueren en el intento.

La pesca, uno de los principales medios de subsistencia de Somalia junto a la ganadería, se ve afectada por la concurrencia de potentes flotas extranjeras que esquilman un banco tras otro como solución a la sobreexplotación que han llevado a cabo dentro sus aguas territoriales. En lugar de apostar por otras vías alternativas como puede ser la piscicultura, los países desarrollados exprimen hasta la última gota de los pesqueros a lo largo del mundo –Somalia no es, ni mucho menos, el único caso-. La crisis mundial de recursos naturales no sólo se combate de una forma egoísta e incompetente, sino que se machaca al más débil por sistema y sin ningún tipo de remordimientos. Por poner un ejemplo, los países mediterráneos –entre ellos España- vetaron a Bruselas el pasado 23 de septiembre la propuesta de frenar hasta que hubiera signos de recuperación de la especie la caza del atún rojo en el Atlántico oriental y el propio mar Mediterráneo.

Por si esto fuera poco, a partir de 1991 navíos europeos, estadounidenses y chinos principalmente comenzaron a deshacerse con total impunidad de grandes cantidades de materiales tóxicos y radioactivos arrojándolos en aguas somalíes. Los vertidos salieron a la luz, paradójicamente para un país tan afectado por la sequía -tan sólo el 29% de la población tiene acceso regular a agua potable-, tras el tsunami que azotó el cuerno de África en el año 2004. Cientos de estos barriles se esparcieron por la costa este africana, causando entre la población úlceras, enfermedades, malformaciones, y más de 300 muertes.

En sus orígenes, los piratas somalíes eran pescadores dotados de pequeñas lanchas rápidas que intentaban disuadir a la flota extranjera que pretendía descargar residuos o abastecerse de pescado –especialmente atún- dentro de su zona económica exclusiva. Se autodenominaron “Guardacostas Voluntarios de Somalia”.

Las patrullas de la denominada “misión Atalanta” y de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) protegen a los pesqueros extranjeros de los ataques de los piratas a la par que entorpecen a los pescadores nativos con continuos registros en busca de actividades ilegales. ¿Quién protege entonces al pueblo Somalí? Europa ha elegido la presa más débil y se está dando un festín en forma de atunes a costa de empobrecer aún más a uno de los países más desfavorecidos del mundo.

No se trata de minusvalorar el sufrimiento de las familias de los pescadores secuestrados, ellos no han elegido faenar en aguas a miles de kilometros de sus casas ni son los verdaderos responsables. Una vez más, debemos intentar informarnos, contextualizar y hacernos más preguntas de las que se hacen la mayoría de los medios. En definitiva, ponernos en el pellejo de los dos extremos de la noticia.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Fotografía de guerra


- Señor Presidente, se puede observar claramente como uno de nuestros soldados aniquila a un civil en el sofá de su casa con una automática.


- Déjeme pensar…tome nota:


“La fotografía de guerra descontextualizada como forma de manipulación”. A doble página, que quede creíble.